Quisiera dormir un segundo
y hacer que perdure una vida
Para no sentir si puedo,
esos recuerdos que hastían.
Quisiera dejar en el viento
los réstales de esos días,
que fueron cristales rotos
y aun siguen causando heridas.
Quisiera salir de ese pozo
de eterna melancolía
donde se hunden mis sueños
y mueren de nostalgia.
Quisiera dejar un suspiro
como una rosa marchita
allí donde fue preludio
de un destino que termina.
María Cedeño