Lavo mi rostro y peino mi pelo corto
abrigando mi cuerpo con el mejor harapo
para no sentirlo estirado y frío,
y esperar por fin la deseada llegada.
Espero día a día, noche tras noche
y jama llegas a la cita acordada.
Yéndome a la cama con el alma vacía,
de impotencia y rabia, así me siento de burlada,
esperando un amor que jamás llegará.
Me iré a dormir en mi lecho vacío
con el pensamiento triste y agotado
llorando en silencio sus besos soñados.
MARIA CEDEÑO