viernes, 25 de junio de 2010

EL ILUCIONISTA



Creador de juegos y palabras
jugando a ser hipnotizador,
astucia en sus letras, hay finura..


Malabarista de  poesía
tambien incorregible conquistador,
que escondes detras de su antifaz,
un rostro de alegria o de lamento.


Malabarista engreído
con su voz, y salameria
que engatusa a las mujeres.


Ilusionista y mentiroso
se crees un triunfador,
acaparas el engaño de sus versos
creyéndose ser gran conquistador.


solo le pido al mismo Dios
que no sufra ilucionista,
por jugar con el amor

Y herir el corazón,
que se abrió con ilusión,
que falso eres,mago de colección.

maria cedeño

jueves, 24 de junio de 2010

ASI TE SENTI




´

Quemando todo tu cuerpo,
mis labios te recorren suavemente,
enciendense de placer y pasión.


Mi pecho se abre lentamente,
como se abre un boton en rosa
con deseo te ofresco dulcemente.


Tu boca me atormenta,
pasandome tu lengua
por todo mi sexo.


Tu miembro deseoso me
provoca, cuando lo
paso por mi boca.


Lo mordisqueo agilmente,
hasta sentir el fuego
de mi loca pasión.


Mis labios en rica succión
se llena de rica emoción
estremesco de ansiedad.


Llenandome de felicidad,
abro mis piernas a tus espalda
para recibirte con ansiedad.



Ese rico olor tuyo, asi te senti
teniendome loca y embrujada
no dejo de pensar en ti
porque estoy enamorada.


MARIA CEDEÑO















jueves, 3 de junio de 2010

CUPULA


 
Eran casi las doce de la noche,
luego de un baño fui hasta mi lecho
te esperaba entre sabanas blancas,
húmeda, desnuda, lujuriosa...

De pronto vi una sombra, eras tú,
sentí tus dedos recorrer mi cuerpo,
tus labios en mis labios, mis senos,
que despertaron con su toque erguido

Tu lengua recorría mis oídos,
de mi espalda, a mi cuello, a mi ombligo,
llegaste hasta mi sexo, suavemente
mi quimera rosaste apasionado

Mis deseos crecieron, deliraba
que introdujeras tus dedos quería
mas tu incansable en mi húmeda flor
bebías los salados-dulces jugos

Sentí tu miembro erecto, que delicia
ay, entrando y saliendo de mi sexo,
entre besos, caricias. nuestros cuerpos
rodaron, llegando al ansiado clímax.

MARIA CEDEÑO